El síndrome de la impostora

¿Te ha pasado alguna vez que al haber alcanzado un éxito crees que ha sido fruto únicamente de la buena suerte? ¿O qué estás ocupando un lugar, profesionalmente, que no te pertenece y que no te mereces -aunque si lo examinara objetivamente, tienes las cualidades para estar donde estás-?

Estás sufriendo lo que se conoce como síndrome del impostor. Aunque es un síndrome que puede sufrir cualquier persona, las mujeres son más propensas, y por ello, muy a menudo se habla de síndrome de la impostora.

El hecho de que las mujeres seamos/sean más propensas a sufrir este síndrome, se explica por el contexto sociocultural: vivimos y hemos vivido muchos años bajo el sistema patriarcal. Esto ha implicado que, a lo largo de la historia, las mujeres han sido consideradas como un sujeto incapaz de tomar decisiones por su cuenta e incluso de pensar independientemente si no se trataba de temas propios de la esfera privada.[1]

La manifestación del síndrome de la impostora radica, en parte, en la falta de confianza y en el caso de las mujeres, es consecuencia, en buena parte, de una herencia histórica; es el resultado de siglos, incluso milenios, de supremacía masculina, que ha invisibilizado y ocultado el papel de las mujeres en la historia.[2]

¿Qué es el síndrome de la impostora?

El síndrome de la impostora es define como: «la experiencia psicológica de creer que los logros de una persona han sido posibles, no por medio de una habilidad genuina, sino como el resultado de haber sido afortunado o afortunada»[3] o bien, de forma más breve: «una experiencia interna de falsedad intelectual»[4].

Así pues, el síndrome de la impostora es la imposibilidad de interiorizar el mismo éxito de manera natural[5]. Las personas que lo sufren se sienten incapaces de internalizar sus logros y éxitos como propios -y a veces se llega a pensar que pertenecen a otros- y se sufre un miedo persistente de ser descubierta como un fraude, sin realmente serlo.[6]

Orígenes históricos

La primera vez que se utilizó la expresión «síndrome de la impostora» fue en 1978, cuando las psicólogas Pauline Clance y Suzanne Imes, de la Universidad Estatal de Georgia, en Atlanta, publicaron los resultados de un estudio en el que participaron 150 mujeres de entre 20 y 45 años durante un periodo de cinco años. A pesar de ser profesionales reconocidas en sus sectores, «están convencidas de que en realidad no son inteligentes y que han engañado a aquellos que creen que sí que lo son. Piensan que su éxito ha sido cuestión de suerte y que a menos que realicen un trabajo herculino no podrán mantener el engaño», escribieron las autoras.[7]

Las autoras emplearon el término para describir los rasgos y comportamientos de un grupo de mujeres exitosas y reconocidas en sus sectores que tenían problemas para internalizar su éxito, en tanto que no lo atribuían a sus propias habilidades[8].

Inicialmente y a raíz de la investigación de Clanes e Ines, se creía que este síndrome solo afectaba a mujeres profesionales. Sin embargo, investigaciones posteriores han demostrado que el síndrome de la impostora afecta a una amplia diversidad de personas: de ambos géneros, también a personas con diferentes ocupaciones y culturas[9]. Se estima que el 70% de las personas experimentarán al menos un episodio de este síndrome en algún momento de sus vidas[10].

Cómo hacerle frente

Aunque puede afectar a todas las personas, como ya se ha comentado anteriormente, el síndrome de la impostora se presenta más a menudo en mujeres e influye de manera importante en sus subjetividades, ya que influye en la autovaloración y en la confianza en sí mismas[11].

Para poder hacer frente a este síndrome, es necesario trabajar la misma confianza de las mujeres a partir de potenciar referentes de su género desde la infancia, en los entornos familiares y en la escuela, para configurar la identidad temprana de las niñas[12].  Por lo tanto, es crucial poder desarrollar referentes diversos más allá del hombre blanco, heterosexual, de clase media… como persona de éxito, para que cualquier persona pueda ver reflejado.  También resulta esencial, cultivar la confianza más allá de lo masculino como medida, norma y forma de comportarse[13].


Bibliografía

[1] Mora, M. C., 2021. Un estudio sobre las barreras de facto en la vida laboral de las mujeres. Tesis. Pontificia Universidad  Javeriana.

[2] Cadoche, E. y de Montarlo., A.,  2021. El Síndrome de la impostora. Barcelona: Ediciones Península.

[3]Clance. P. R. y Langford, J., 1993. The Imposture-syndrome: reciente research finding regarding Dynamics, personality and family paternos and ther implications for treatment. Psychotherapy, 30 (3), pp. 495-501.

[4] Sakuklu, J. y Alexander, J. (2011). The Impostor Phenomenon. International Journal of Behavioral Science, 6 (1), pp. 73-92.

[5] Arques, N., 2022. Impostoras y estupendes. Para que los demás vean tu talento, primero lo tienes que ver tú. Barcelona: Ajena Editorial

[6] Cortes, C., 2021. El (duro) camino de las mujeres en la ciencia. Revista de Ciencias Médicas, 46 (1), pp. 3-4.

[7] Herrera, A., 2022. El síndrome de la impostora: miedo qué tantas mujeres dudan de su talento y temen ser ‘descubiertas’. La Vanguardia [en línea]. Disponible en: https://www.lavanguardia.com/magazine/buena-vida/20220416/8192465/miedo-temor-constante-descubierta-incompe.html

[8]Parkman, A., 2016.  The imposter phenomenon in higher education: incidence and impact. Journal of Higher Edution Theroy and Practice, 16(1), pp. 51-60.

[9] Sakuklu, J. y Alexander, J. (2011). The Impostor Phenomenon. International Journal of Behavioral Science, 6 (1), pp. 73-92.

[10] Gravois, J., 2007. You’re not fooling anyone. The Chronicle of Higher Education [en línea]. Disponible en: https://www.chronicle.com/article/youre-not-fooling-anyone/

[11] García-Huidobro, M. R., Montenegro, C., Navarrete, K., Lara, M. y Schenffeldt, N., 2023. Hacia el empoderamiento de niñas y mujeres adolescentes: potenciar los referentes femeninos. Educar, 59(1), pp. 147-160.  

[12] Cadoche, E. y de Montarlo., A., 2021. El Síndrome de la impostora. Barcelona: Ediciones Península

[13] Cadoche, E. y de Montarlo., A., 2021. El Síndrome de la impostora. Barcelona: Ediciones Península

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